martes, 24 de mayo de 2022

A eso se le llama estrategia

El pequeño volvió a perder matemáticas. Ya era la tercera y por tanto la vencida. Iba a perder el año. Sin embargo, su madre cansada por el trabajo, no revisaría de inmediato la anotación en la agenda; lo haría en la siguiente mañana, y sabía lo que le corría pierna arriba. Golpes con la chancleta en la cola, claro está, después de los gritos, las amenazas, las cachetadas y las palmadas en las manos. Pensó en quitar la hoja y arrojarla a la basura, pero ya lo había hecho una vez con resultados aún peores. Así que, tomando una firme decisión, se escabullo en la noche de su cuarto, y para que su mamá no tuviera que ver sus malas notas nunca más, le hundió un cuchillo en los ojos.

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