jueves, 24 de marzo de 2022

Buena suerte

Juliana, decepcionada y dolida, aun sin creerlo del todo, daba vueltas alrededor del busto de Bolívar en un angustioso ir y venir, con la mirada inquieta y frustrada. Veía pasar los deportistas, las familias y, por su puesto, las parejas. Al final, Juliana, con más de tres horas de espera, ese lunes que se no fue al colegio para acudir al encuentro, aceptó que su cita jamás llegaría. Juliana, pobre pequeña con el corazón roto, nunca sabría que aquel que se había ganado su corazón chateando, había sido capturado horas antes por depredación sexual y trata de blancas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario