domingo, 13 de junio de 2021

La bendición de Don Marino

Los bloqueos por el paro y la pandemia no afectaron a todos por igual, y aun menos a Don Marino. Día a día la afluencia de gente era continúa en su negocio, porque a pesar de todo mantenía los mismos precios de sus productos. 

“Bendiciones don Marino”, “Mi Dios le pague”, “Usted es un ángel Don Marino”, eran las flores que cotidianamente recibía. Y tal vez todas ellas eran verdad. Porque, ¿qué otra explicación, más que la bendición de Dios, permitía que el corazón de Don Marino se colmara de gozo al notar cómo se llenaban su carnicería de clientes, la caja registradora de dinero, y aún mejor, que nadie notara que los perros y gatos del barrio desaparecían?

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